El heresiarca

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El Heresiarca y Cía. recoge el clima funambulesco, vibrante y abigarrado de los lugares y las gentes con los que Apollinaire tuvo que convivi

Autor: Guillaume Apollinaire
ISBN: 9788492491346
Nº Páginas: 212
Dimensiones: 13 x 21

 

 

 

Categoría:

El Heresiarca y Cía. recoge el clima funambulesco, vibrante y abigarrado de los lugares y las gentes con los que Apollinaire tuvo que convivir. Un pintoresco panorama de una humanidad que aún puede reír, tener sueños y esperanzas, preocuparse por los pequeños problemas de la sagrada vida cotidiana, beber a la salud de la amada o los amigos, enamorarse locamente y cantar locamente a la belleza.

Guillaume Apollinaire (Wilhelm Apollinaris de Kostrowitzky; Roma, 1880-París, 1918), hijo natural de una aristócrata rusa de ascendencia polaca, vivió una existencia breve, intensa y azarosa.

Pasó gran parte de su infancia en la Costa Azul. En Mónaco, donde estuvo interno en un colegio religioso, comenzó a inventar. Escribió sus primeros versos a los 13 años.
De su educación religiosa conservó el poeta un fondo de misticismo, germen posiblemente de su «gusto por la batalla teológica» que inspira algunos de los relatos de El Heresiarca y Cía.
Ejerció los más variados oficios (negro literario de un autor de folletines, secretario en una oficina bursátil, preceptor, crítico en diversas publicaciones…).
Entre sus obras más importantes cabe destacar: El encantador en putrefacción (1909); El Heresiarca y Cía. (1910); Bestiario o el cortejo de Orfeo (1911); Alcoholes (1913), uno de sus poemarios fundamentales, que le catapulcó al parnaso de la poesía francesa; Los pintores cubistas (1913), encendida defensa del nuevo movimiento y El poeta asesinado (1916).
Su último gran libro de poemas, y posiblemente su obra maestra, Caligramas, subtitulado Poemas de la paz y de la guerra, fue publicado el mismo año de su muerte (1918).

Autor

Hijo de una aristócrata polaca y de padre desconocido (acaso el oficial italiano Francesco d’Aspermont o un príncipe de la Iglesia), después de estudiar en liceos de Mónaco, Cannes y Niza viajó junto a su madre a París, pero las dificultades para encontrar empleo le obligaron a colocarse como preceptor de una familia en Alemania durante dos años.

Apollinaire frecuentó los círculos artísticos y literarios de la capital francesa, donde adquirió cierta notoriedad. Trabajó como contable en la Bolsa y como crítico para varias revistas, desde las que teorizó en defensa de las nuevas tendencias, como el cubismo de sus amigos Pablo Picasso y Georges Braque y el fauvismo de Henri Matisse, con los que compartió la vida bohemia de la época.

El núcleo de su obra fue la poesía, a la que entendía como un arte inseparable del conjunto de experiencias de la vida cotidiana. Fue una pieza clave en el paralelismo entre pintura y poesía que fracturó la problemática estética de las décadas anteriores y generó nuevas prácticas de vanguardia en la literatura y el arte modernos. Desde sus primeros poemas, escritos en 1897, expresó su inquietud por temas como el recuerdo, la angustia, el amor, la melancolía y el erotismo, y su intento de innovación literaria lo situó como una figura de transición entre el movimiento simbolista y el surrealista.

Apollinaire dirigió y editó una colección de clásicos eróticos (Los maestros del amor, 1909), colaboró en numerosas publicaciones, como París-midi, Mercure de France y Les Marges, en las que hacia 1909 firmaba con el seudónimo de Louise Lalane, y fundó las revistas Le Festin d’Esope (1903) y Les Soirées de París (1912). Escribió las novelas eróticas Las once mil vergas (1908) y Las hazañas de un joven Don Juan (1908), y las prosas de El encantador en putrefacción (1909), obra basada en la leyenda de Merlín y Viviana al que siguieron una serie de relatos de contenido fabuloso.

Su libro de poemas El bestiario o el Cortejo de Orfeo (1911) refleja la influencia del simbolismo, al tiempo que introduce ya importantes innovaciones formales; el reconocimiento de la crítica le llegó con Alcoholes (1913), poemario que establecerá un singular puente entre las experiencias del simbolismo y las inmediatas vanguardias. En los años siguientes publicó La antitradición futurista (1913), Los pintores cubistas (1913), defensa encendida del nuevo movimiento como superación del realismo, La Roma de los Borgia (1914) y El poeta asesinado (1916), texto fantástico iniciado en 1900 en el que aplicó su refinada ironía en la propuesta de una campaña para exterminar a todos los poetas del mundo.

Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se alistó como voluntario en el ejército francés, donde obtuvo el grado de teniente y la condecoración de la Cruz de Guerra. El 17 de marzo de 1916 recibió una herida de metralla en la cabeza que dejó secuelas en su salud, y durante su convalecencia escribió algunos de sus textos más recordados, como los poemas gráficos de Caligramas (1918), «ideogramas líricos» que abrirán el camino a los experimentos de la poesía visual durante el resto del siglo, y los dramas surrealistas Los pezones de Tiresias (1917) y El color del tiempo (1918). El 2 de mayo de 1918 contrajo matrimonio con Jacqueline Kolb, y el 9 de noviembre del mismo año murió víctima de la epidemia de gripe que azotaba París.

En los poemas de Caligramas, aparecidos póstumamente, Guillaume Apollinaire llevó al extremo la experimentación formal de sus anteriores obras, preludiando la escritura automática surrealista al romper deliberadamente la estructura lógica y sintáctica del poema. Son célebres, por otro lado, sus «ideogramas», en que la tipografía servía para «dibujar» objetos con el texto mismo del poema, en un intento de aproximarse al cubismo y como expresión del afán vanguardista de romper las distinciones de géneros y artes.

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Guillaume Apollinaire». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/apollinaire.htm [fecha de acceso: 1 de octubre de 2024].

Algunas frases

El verdadero poeta es aquel que es capaz de elevar lo trivial a la categoría de lo sublime.
Guillaume Apollinaire
La poesía es el arte de crear belleza a través de las palabras, una ventana hacia lo desconocido.
El amor es como el vino, embriaga y nos sumerge en una dulce locura.
No hay belleza sin misterio, ni misterio sin belleza. Ambos son inseparables en el arte y en la vida misma.
El arte es la expresión más genuina del espíritu humano, una forma de comunicarse con el universo.
El amor eterno es aquel que nos trasciende, que sigue latiendo en nuestro corazón mucho después de haber desaparecido físicamente.
El arte es un refugio en tiempos de caos, una forma de trascender las limitaciones del mundo material.
Las ideas poderosas están en tu bolsillo.
La belleza no se puede definir, tan solo se puede sentir y admirar.

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