Sé por el contrario fuerte, y cuando veas la injusticia y la hayas identificado como tal (la desigualdad en la vida, una mentira en la ciencia, un sufrimiento causado por otro), rebélate contra la iniquidad, la mentira y la injusticia. ¡Lucha! Luchar es vivir, y cuanto más encarnizada sea la lucha más intensa será la vida. Entonces habrás vivido; y unas horas de esa vida valen años gastados vegetando.
Lucha para permitir a todos vivir esa vida rica y desbordante. Y no dudes de que en esta lucha hallarás un gozo superior al que pueda proporcionarte cualquier otra actividad.
Nos hallamos ante un texto extraordinario, una lúcida reflexión sobre el pensamiento anarquista, sobre sus fundamentos, y sobre la moral que los sustenta. Un libro necesario para concienciarnos ante las derivas autocráticas de nuestro tiempo, y sobre la necesidad inminente de enfrentarnos a ellas desde la solidaridad y el apoyo mutuo. Koprotkin nos muestra, con excepcional claridad, los pilares en los que se sostendría la moral anarquista, que brota desde la moral íntima y personal para construir entre todos una sociedad más justa, igualitaria y humana.
Autor
A raíz de la represión de la insurrección de Polonia en 1863, abandonó el Ejército y se dedicó a la geografía, asumiendo posturas críticas contra el régimen zarista. Durante sus viajes por Europa y Asia tomó contacto con activistas anarquistas. En 1872 se afilió a la Primera Internacional (la AIT), en cuyo seno apoyó la corriente anarquista de Bakunin en contra del liderazgo de Marx.
Cuando regresó a Rusia, en 1874, fue detenido por sus actividades revolucionarias; pero consiguió evadirse y huir a Francia en 1876. Allí participó en los intentos de reunificación del movimiento obrero internacional y fundó la revista El Rebelde, en cuyas páginas defendió las ideas anarquistas y la necesidad de hacerlas realidad mediante el uso de la violencia. En 1882 fue detenido por las autoridades francesas, pasando a Inglaterra tras su excarcelamiento en 1886.
Entre las obras de Kropotkin destacan La conquista del pan (1888), Campos, fábricas y talleres (1899), Ayuda mutua (1902) y Memorias de un revolucionario (1906). En ellas definió el comunismo libertario, ideología predominante entre los anarquistas de finales del siglo XIX y comienzos del XX, que vino a sustituir al colectivismo de Proudhon y Bakunin. Consistía en defender la organización colectiva de la producción en comunas autosuficientes, regidas por una concepción del mundo estrictamente científica, unas relaciones sociales basadas en el apoyo mutuo y una moral de libertad, solidaridad y justicia.
Gradualmente fue adoptando posiciones más moderadas: preconizó vías de acción eminentemente políticas, valoró positivamente la lucha sindical como medio de despertar la conciencia revolucionaria de las masas, e incluso recomendó a sus seguidores apoyar al bando aliado en la Primera Guerra Mundial (1914-18). Nada más estallar la Revolución rusa (1917), regresó a Rusia y prestó su apoyo tanto al gobierno de Aleksandr Kerenski como al de Lenin; sin embargo, enseguida empezó a criticar el poder dictatorial de los bolcheviques. Murió cuando intentaba formar un grupo político de inspiración anarquista en la Rusia soviética.
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Piotr Kropotkin». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.