Mostrar con propiedad un desatino

Bienaventurados los tiempos que pueden leer en el cielo estrellado el mapa de las rutas que tienen abiertas y que deben seguir! ¡Benditos los tiempos cuyas vías están iluminadas por la luz de las estrellas! Georg Luckács.

Teoría de la novela. La novela española de postguerra comienza a la altura de 1942 con la aparición y el éxito de La familia de Pascual Duarte, obra del joven (25 años) y novel (Nobel en 1989) escritor Camilo José Cela. Vivían aún, y escribieron y publicaron novelas en ese tiempo, dos noventaoyochistas: Baroja y Azorín. En esa década comienzan a publicar asimismo Gonzalo Torrente Ballester y Miguel Delibes, que, junto con el primero, pueden ser considerados los Patriarcas de la novelística española del siglo XX.

Tanto por los valores de su obra como por la estimación que de ella han hecho críticos y estudiosos puede afirmarse que los autores máximos de lo que se ha dado en llamar la España Peregrina o trasterrada, son Max Aub, Sender, Manuel Andújar, Rosa Chacel y Francisco Ayala. El fallecimiento de Franco marcó tanto el final de la España de la diáspora como el comienzo de una normalización que posibilitó la existencia de una sola literatura española, –una sola novela–, y no dos porciones de la misma separadas más que geográficamente. La situación de la literatura española hacia 1975 no era optimista, aunque sí fecunda.

Abundaban los silencios perplejos y expectantes (García Hortelano, Jesús Fernández Santos y Martín Gaite), así como los renacimientos de Sánchez Ferlosio o Alfonso Sastre. Los únicos elementos comunes a todos parecían ser la inestabilidad de los géneros, la importancia del lenguaje, la ausencia de inocencia personal y literaria, la incertidumbre moral... Estos ingredientes igualaban también la prosa poética de Mortal y rosa de Francisco Umbral y Juan sin Tierra de Juan Goytisolo, obras maestras de ese año junto con La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza, que, por su diáfana narración y juego irónico, constituye una excepción en la narrativa de ese periodo. El último cuarto del siglo XX es pródigo en novelas y autores, y plural en tendencias y corrientes: Guelbenzu, Marsé, Ana M.ª Matute, Mendoza, Benet, Marías, Millás, Pombo, Tomeo, Merino, Pérez Reverte, y un largo etcétera disfrutan del favor de crítica y lectores, público que, al tiempo, no olvida a los maestros que en los estertores del siglo que acaba de terminar han dado a luz algunas de sus más logradas novelas.

Varios autores:

José María Martínez Cachero

José Carlos Mainer

Santos Sanz Villanueva

Luis Landero

Antonio Rey Hazas

Ángel Basanta

Carmen Valcárcel

José Teruel

Óscar Barrero

Isabel Vázquez

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