Julien Offray de La Mettrie, con poderosa inteligencia y envolvente prosa, despliega, en esta su más relevante obra,El hombre máquina, un pensamiento materialista de intensa sensualidad atea, construyendo un libro indispensable, transgresor y profundamente lúcido. Un texto donde reflexiona sobre el alma, la existencia de Dios, la religión, el ateísmo y, en suma, la condición humana.
Es Julien Offray de La Mettrie una figura fundamental en la historia de la filosofía y un pensador independiente, materialista, ateo convencido y voluptuoso hedonista que defiende como las únicas armas válidas del hombre la cultura y la educación, herramientas que nos humanizan, nos construyen y nos elevan hasta situarnos a la auténtica altura de nuestra especie.
La creencia en la existencia de Dios es tan infundada como inútil. El hombre no será feliz hasta que el ateísmo sea universal.
Julien Offray de La Mettrie
Autor
Médico y filósofo francés mecanicista y materialista. Nació en Saint Malo, y estudió en Coutances, Reims, Caen y París. Trabajó en Leiden y, de vuelta a Francia, obtuvo una plaza de médico militar. Justamente sus experiencias en este terreno le encaminaron hacia la observación de la estrecha relación entre los estados fisiológicos y los físicos, lo que, a su vez, le condujo al estudio de las relaciones entre espíritu y materia, y a la conclusión de que los estados psíquicos dependen de los físicos, tesis que le llevó a recusar toda forma de dualismo psico-físico y a negar la afirmación de un alma espiritual independiente del cuerpo. Esta tesis ya comienza a perfilarse en su primera obra la Historia natural del alma (1745, que posteriormente fue conocida como Tratado del alma), en la que sostiene una doctrina sensualista, según la cual toda la actividad psíquica procede de las sensaciones y, por tanto, del cuerpo. Estas tesis provocaron un gran revuelo y una gran oposición. Por ellas fue perseguido y tuvo que marchar de Francia (donde sus obras fueron prohibidas y terminaron en la hoguera), y refugiarse nuevamente en Leiden, donde en 1747 escribió su obra principal, El hombre máquina que, aunque obtuvo un gran éxito, provocó que también fuese perseguido en Holanda. Acabó hallando refugio en la corte de Federico II de Prusia, quien escribió un Elogio de Julien Offroi de la Mettrie. Desde entonces fijó su residencia en Berlín.
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