Nochebuena

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Nochebuena

Humor, fantasía, magia y surrealismo se dan cita en Nochebuena, novela corta del maestro de la literatura rusa, Nikolái Gógol.

Autor: Nikolái Gógol 

ISBN: 978-84-15458-98-2

Páginas: 92

Formato: 13×21

Categoría:

Era el día de Nochebuena; atardecía, y al fin se hizo la noche: una noche de invierno, luminosa, espléndida. Las estrellas irrumpieron en el cielo, y la Luna se exhibió majestuosa, como si quisiera iluminar más intensamente que de costumbre a la Tierra, otorgando así un mayor esplendor a los villancicos que glorifican la Nochebuena. Helaba más intensamente que durante el día, y reinaba tal silencio, que el crujido de la nieve bajo las pisadas podía escucharse a distancia. 

Humor, fantasía, magia y surrealismo se dan cita en Nochebuena, novela corta del maestro de la literatura rusa, Nikolái Gógol.

Por sus páginas desfila todo un espectro de personajes populares, tanto reales como mágicos y sobrenaturales, que conforma un extraordinario mosaico de las costumbres y tradiciones de la Navidad.

Autor

Nikolai Vasilievich Gogol; Sorochintsi, actual Ucrania, 1809 – Moscú, 1852) Escritor ucraniano en lengua rusa. Dentro de la literatura rusa, la obra de Gogol señala el comienzo de la narrativa realista, pronto continuada por los grandes maestros del realismo ruso: Iván Turguéniev, Leon Tolstói y Fiódor Dostoievski.


Nikolai Gogol

Hijo de un pequeño terrateniente, a los diecinueve años se trasladó a San Petersburgo para intentar, sin éxito, labrarse un futuro como burócrata de la administración zarista. En 1831 se incorporó como profesor de historia a la universidad, donde conocería a Alexander Pushkin.

De su colaboración regular con distintas publicaciones nacieron las Veladas en la finca de Dikanka (1831-1832), que constituyeron un enorme éxito y lo llevaron, en 1835, a abandonar la universidad para centrarse definitivamente en la literatura. Ese mismo año publicó Mirgorod y Arabescos, que suponían su paso al realismo crítico. Mirgorod es una continuación de las Veladas y contiene cuatro relatos, entre ellos el poema épico Taras Bulba.

En 1836 publicó la comedia El inspector, una sátira de la corrupción de la burocracia que obligó al escritor a abandonar temporalmente el país. Instalado en Roma, en 1842 escribió buena parte de su obra más importante, Almas muertas, donde describía sarcásticamente la Rusia feudal. También en ese año publicó El abrigo, obra que ejercería una enorme influencia en la literatura rusa. Después de una corta estancia en Moscú, y de regreso en Roma, empezó a escribir la segunda parte de Almas muertas.

Una profunda crisis espiritual le llevaría, en 1848, a peregrinar a Jerusalén. En los últimos años de su vida escribió artículos; en los Fragmentos escogidos de la correspondencia con los amigos (1847) defiende la religión ortodoxa. Al borde de la locura, poco antes de morir quemó el manuscrito de la segunda parte de Almas muertas.

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