Fecundada por la poesía provenzal –llevada a tierras gallegas a través del camino de Santiago–, en la segunda mitad del siglo xii, en el Noroeste peninsular va a surgir una peculiar escuela poética que se extenderá luego a toda el área occidental de la península ibérica.
Una honda vivencia de la Naturaleza, de connotaciones paganas, con una viva omnipresencia del mar, confidente de la pasión amorosa en muchas ocasiones, y un vago clima de ensoñación y melancolía, presta a esta poesía una peculiar atmósfera de magia y de misterio, que cristalizará en el sentimiento de la saudade.
Figuras fundacionales del nuevo florecimiento de la poesía gallega que supone el movimiento político-cultural del Rexurdimento, como Rosalía, Pondal y Curros Enríquez, devolverán a esta antigua tradición literaria gran parte del esplendor perdido en los siglos oscuros, y en la segunda mitad del siglo xx alumbrará los que hoy son ya auténticos clásicos, como Ramón Cabanillas, Luís Pimentel, Iglesia Alvariño, Celso Emilio Ferreiro y Álvaro Cunqueiro, entre otros, que abren ya el brillante panorama de la poesía actual, cuyos maduros frutos han logrado normalizar esta noble e interrumpida tradición literaria.
Sinfonía atlántica, junto a una amplia y clarificadora introducción a todo ese arduo proceso de recuperación de la conciencia cultural gallega, nos ofrece, en edición bilingüe, los mejores logros de esta revitalizada lengua que, consciente ya de su prestigioso ayer, se enfrenta al presente con extraordinario vigor y confianza en sus propias fuerzas y en el ejemplo de sus predecesores.
Antología de la poesía Gallega. Sinfonía Atlántica
28,00 €
Una honda vivencia de la Naturaleza, de connotaciones paganas, con una viva omnipresencia del mar, confidente de la pasión amorosa en muchas ocasiones, y un vago clima de ensoñación y melancolía, presta a esta poesía una peculiar atmósfera de magia y de misterio, que cristalizará en el sentimiento de la saudade.
Edición selección y prólogo: Carlos Clementson
ISBN: 9788415458166
Páginas: 820
Tamaño: 15×22
AUTORES-indice
Índice
Trébol galaico 11
La lírica galaico-portuguesa y la recuperación de la conciencia cultural gallega
Follas novas. El rexurdimento
Poesía romántica y posromántica 2
Sombra do aire na herba
poetas gallegos contemporáneos 47
I
Ondas do mar de vigo…
La lírica medieval galaico-portuguesa 153
Sancho I el Hermoso 154
Bernal de Bonaval 156
Pero de Veer 158
Roi Paes de Ribela 160
Xohan Airas 162
Meendiño 166
Xulián Bolseiro 168
Roi Fernandiz de Santiago 172
Alfonso X el Sabio 174
Pedro Gonçalves de Portocarreiro 184
Ayras Corpancho 188
Xohan Nunes Camanes 190
Fernando de Esquío 192
Martín de Xinzo 194
Pero da Ponte 196
Johan García de Guilhade 198
Nuno Fernandes Torneol 200
Pero Anes Solaz 204
Martin Codax 208
Don Dinis de Portugal 216
Pero Meogo 222
Paio Gómez Chariño 230
Xohan Zorro 232
Esteban Coello 240
Johan de Requeixo 242
João Soares Coelho 244
Anónimo 246
ii
cativo de miña tristura…
trovadores de los siglos xiv y xv 249
Macías el Enamorado 250
Pero González de Mendoza 254
Garci Fernández de Xerena 256
Alfonso Álvarez de Villasandino 258
João Roiz de Castel-Branco 260
iii
alá en monterrei…
breves testimonios de la poesía gallega en los siglos xvi, xvii y xviii 263
Anónimo [Soneto de Monterrey] 264
Isabel de Castro y Andrade, Condesa de Altamira 266
Pedro Vázquez de Neira 268
José Cornide de Folgueira y Saavedra 270
iv
follas novas
el rexurdimento
poesía romántica y posromántica 273
Nicomedes Pastor Díaz 274
Xoán Manuel Pintos Villar 280
Francisco Añón Paz 282
Eduardo Pondal 288
Rosalía de Castro 302
Valentín Lamas Carvajal 320
Manuel Curros Enríquez 328
v
sombra do aire na herba
poetas gallegos contemporáneos 353
Ramón M.ª del Valle-Inclán 354
Antonio Noriega Varela 356
Antón Zapata 364
Ramón Cabanillas 366
Gonzalo López Abente 380
Ramón Otero Pedrayo 384
Luís Pimentel 392
Pura Vázquez 406
Federico García Lorca 414
Manoel Antonio 418
Luís Amado Carballo 428
Fermín Bouza-Brey 434
Aquilino Iglesia Alvariño 440
Luís Seoane 450
Ricardo Carballo Calero 454
Álvaro Cunqueiro 460
Eduardo Moreiras 478
Celso Emilio Ferreiro 482
Xosé M.ª Díaz Castro 516
Xosé María Álvarez Blázquez 522
Miguel González Garcés 528
Lorenzo Varela 536
Antonio Tovar Bobillo 538
Luz Pozo Garza 542
Carme Kruckenberg 554
Manuel Cuña Novás 556
José Ángel Valente 562
Manuel María 566
Uxío Novoneyra 574
Xohana Torres 584
Bernardino Graña 590
Manuel Álvarez Torneiro 598
Antón Avilés de Taramancos 602
Salvador García-Bodaño 610
Xosé Luís Méndez Ferrín614
Arcadio López-Casanova 632
Manuel Vilanova 644
Xavier Rodríguez Baixeras 648
Marica Campo 658
Xesús Rábade Paredes 664
Xosé María Álvarez Cáccamo 668
Luís González Tosar 676
Darío Xohán Cabana 686
Cesáreo Sánchez Iglesias 694
César Antonio Molina 708
Xulio L. Valcárcel718
Xavier Seoane730
María Xesús Pato734
Claudio Rodríguez Fer 744
Ramiro Fonte 754
Luísa Villalta 764
Manuel Rivas 768
Pilar Pallarés 772
Manuel Forcadela 780
Lois Pereiro 786
Miguel Anxo Fernán-Vello 792
PALABRAS PRELIMINARES
Trébol galaico
¡o noso idioma! o que falaron nosos pais e vamos esquencendo…!
¡Nuestro idioma! El que hablaron nuestros padres y vamos olvidando, el que hablan los aldeanos y nos hallamos a punto de no entenderlo; aquel en que cantaron reyes y trovadores; el que, hijo mayor de la patria gallega, nos la conservó y conserva como un don de la providencia; el que aún tiene en nuestros labios las dulzuras eternas y acentos que van al corazón; el que ahora oís como si fuese un himno religioso; el hermoso, el noble idioma que del otro lado de ese río es lengua oficial que sirve a más de veinte millones de hombres y tiene una literatura representada por los nombres gloriosos de Camoens y Vieira, de Garret y de Herculano; el gallego, en fin, que es el que nos da derecho a la entera posesión de la tierra en que nacimos, que nos dice que, pues somos un pueblo distinto, debemos serlo; que nos promete el porvenir que procuramos, y nos da la certeza de que ha de ser fecundo en bienes para todos nosotros.
Manuel Murguía, Discurso de los Juegos Florales de Tui
Para coñocer a Galicia como pobo, como realidade complexa e dinámica, cómpre acudir ao diálogo. E a primeira forma de o intentar é tomando contacto, antes que coa paisaxe, coa literatura e a arte galegas. Quen se achegue a Galicia tan só a través da paisaxe, corre o risco de non chegar sequera a comprender o verdadeiro valor e significado que a paisaxe ten dentro da realidade total de Galicia. A literatura, en cambio, é unha plasmación na que se funden, sintetízanse en unidade obxectiva os tres elementos que constitúen a Galicia: o país, o pobo e mailo idioma. De aí que sexa a nosa literatura a mellor introducción ao coñecemento de Galicia. Descubrindo ou sinalando as súas notas esenciais descóbrense tamén as raíces do noso ser espiritual.
Como axuda e homenaxe aos que senten a nobre curiosidade de nos coñecer, intentamos hoxe sinalar algunhas desas notas. Facémolo con inevitable temor vacilante de quen vai a practicar unha auto-disección entrañable. Atenderemos a estas tres: o lirismo, o humorismo e o sentimento da paisaxe.
Ramón Piñeiro, Olladas no futuro
Los piadosos peregrinos que venían del centro de Europa a ese corazón de Galicia traían consigo leyendas, relatos, cuentos y cantares, y fueron sus romerías uno de los vehículos de la cultura europea de entonces. La poesía trovadoresca galaico-portuguesa, la primera manifestación culta del lirismo en lengua romance en la Península, prendió al contacto de chispas traídas de Provenza por los devotos romeros de Santiago.
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Mozas con ojos que la vida encienden, a la espalda mellizas rubias trenzas, con las plantas desnudas tibio calor prestándole a la tierra, enhiestos senos que al andar trepidan, firmes cual moldes y anchas las caderas, y unos brazos rollizos, que con la misma ciencia ciñen el cuello a su hombre, acunan al niño entre canciones tiernas, o en los campos desiertos de varones el azadón manejan. Una raza de madres varonas que a sus hijos alimentan, y a las veces, de colmo, amamantan ideas, o al lado de sus hombres ofician de contienda. Rinden culto a la vida, y entrambos mundos pueblan.
Esta raza los árboles, las ánimas, con pánico fervor venera, y palpitan druídicos misterios bajo sus oraciones evangélicas. Pasan en estantigua los que fueron, en larga noche negra, y obedecen los santos a conjuros de brujas y hechiceras.
Trabajan rudamente y zumban consolándose en las penas: ríen y lloran a la vez, burlándose por modo de defensa; o acaso afilan de los hermandiños, en silencio y con trágica paciencia, las hoces vengadoras.
Allende el padre mar, más que pobreza, codicia o hambre de oro, les lanza a las Américas, y como un dedo la herculina torre un trabajoso «más allá» les muestra. Por cima de la tumba de la Atlántida, do acaso sus abuelos los esperan, pasan soñando y brezando con aires de la tierra, mimosos, verdes, la morriña céltica. Se funden sus canciones con el canto del mar, de que salieran, y al mar de olas celestes sus almas van con ellas.
Y el mar, para consuelo a su terriña, apretado aguardándoles se queda.
Desde su altar, ceñido de altas torres de granítica piedra que ennegrecieron lluvias seculares, fomento de leyendas, Santiago peregrino, penate de esta tierra, con sus conchas marinas revestido, sonriendo contempla ese abrazo de amor que nunca acaba, mientras en él se mezclan de la Madre de Cristo, su Madre, a los recuerdos, los de la madre Venus, y remembra su romería, cuando Pan y Cristo, guiones a su vera, por la vía de leche que cruza las estrellas, desde la Tierra Santa le trajo Prisciliano de la diestra.
miguel de Unamuno, Andanzas y visiones españolas
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